Esta vez vengo a denunciar un caso de fanatismo religioso: personas que siguen esa tendencia penumbrosa de idolatrar en lugar de sólo admirar.
Está claro que Gmail es un servicio innovador que ha proporcionado Google el cuál compite con hotmail y [bla-bla-bla]. Muchos internautas con experiencia en la red han decidido abandonar Hotmail para pasarse a Gmail. Bien es que se admire a Gmail y que se tengan opiniones negativas con respecto a algunas políticas de Hotmail pero...
Hotmail y Gmail (I)
Hotmail y Gmail (II)
Léanlo y formen su crítica propia para que puedan aceptar o renegar de la mía porque comienzo a citar para mostrar mi punto de vista y dar razón al título del blog:
Hotmail añade publicidad en su interfaz, hasta 4 banners y la página principal del servicio no nos dirige al correo directamente, si no a una página en la que el usuario necesita hacer un segundo click para llegar al correo. Por su parte Gmail no tiene ningun tipo de publicidad ( se puede activar desde la configuración ) y la página principal nos lleva al correo directamnte.
Otra forma más que aplica Hotmail para enviar publicidad son los pies de página de sus correos. No podemos desactivarlo y estamos obligados a promocionar todos y cada unos de los servicios de Msn a cambio de usar “un estupendo servicio de correo “.
¡Por dios!, ¡¿llorar porque hotmail pone publicidad en su página?! A mí no me parece molesta la publicidad de Hotmail, Google tiene su forma de hacer negocios y Hotmail la tuya: tiene dinero de sobra y aún así negocia con publicidad en el negocio de los mails a pesar de que podría dar el servicio totalmente gratuito, pero esa no es una mentalidad financiera y sin una mentalidad financiera buena un negocio como Hotmail no llega a ningún lado. Tal vez a los de Microsoft no les parece una forma rentable de administrar el negocio el método de Google... ¡pero qué... Sigo insistiendo en las primeras palabras de este párrafo: son sólo unos banners, ¿por qué crucificar a Hotmail, flagelar a Microsoft y matar a pedradas a Bill Gates? Además, los banners me parecen bonitos, los veo también como adorno a la página: una interfaz como la de Hotmail quedaría destrozada si se le pone un AdSense de Google: no combinan, resulta molesto a la vista.
Otra cosa es la queja del mismo párrafo de:
la página principal del servicio no nos dirige al correo directamente
el usuario necesita hacer un segundo click para llegar al correo
¡Malditos, son unos criminales! No puedo dormir por las noches sabiendo que tengo que dar otro click para leer mi correo, ¿con qué confianza uno accede a la página de Hotmail si sabe que tendrá que hacer click en "Correo" para leer sus mensajes? Si tuviera que checar un mail urgentemente del que dependiera mi vida seguramente acabaría muerto porque en todo lo que hago el otro click la información caducará. A veces, en mis ratos libres, divago imaginando una utopía en la que ingreso a Hotmail y de pronto, en medio de banners publicitarios y links aparece como bajado del cielo mi bandeja de entrada, sin necesidad de hacer otro click.
En definitiva, servicio mediocre y dinamitado de publicidad, maravillas de ” el internet “.
Y a esto debo gran parte de ponerle este título a la entrada.
En la segunda parte lo único que se hace es un análisis de los términos y condiciones que no llevan a ninguna parte.
No es al autor a quien critico, bien podría ser a los argumentos pero... en realidad lo que quiero expresar es mi disconformidad con la actitud religiosa que se toma: Gmail proviene del reino de las nubes y es intocable.
Debo decir que yo uso Gmail: es mi centro de mando, la dirección de contactos que intercambio con otros usuarios de la red en lo que temas de tecnología concierne, es el que tengo aquí en Blogger y con el que me conecto al Méssenller (lo escribí así automáticamente, en serio, no sé por qué) y Hotmail únicamente lo pongo cuando alguna página requiere un mail para registrarse o si se diera el caso de que no deseo recibir mails de ciertos remitentes: ya no uso el Méssenller (otra vez, no lo entiendo) con Hotmail, entro con la cuenta de G, tampoco abro la bandeja de Hotmail.
Pero tengo otro correo: un recinto donde me encuentro con amigos de la escuela y gente que voy conociendo: hablamos de cualquier tema, mis contactos tecnológicos (también hablo de cosas variadas con ellos pero se caracterizan por tener conocimiento sobre estos temas) están en Gmail y los demás en Hotmail.
Lo que quiero decir es que uso ambos sistemas: Hotmail y Gmail: Hotmail para amigos y Gmail para amigos que conocen de tecnología, estoy en ambos bandos y los juzgo todos los días. Tengo que decirlo:
A favor de Gmail:
* El mejor filtro anti spam que he conocido.
A favor de Hotmail:
* Buena interfaz
* Buenos gráficos
Lo que tiene de bueno el uno, no lo tiene el otro.
Estoy a favor del software libre, tengo seguridad de que las empresas del tipo de Microsoft caerán, a la corta o a la larga, pero tengo que admitir que me gusta más Hotmail, salvo por el filtro anti spam es obvio por qué hay más gente en Hotmail. Hotmail no es un sistema de correo antiguo o pasado de moda: está más vivo que nunca, más vivo que Gmail, está más... "live". ¿Y qué si Gmail consume menos recursos?, ¿qué si Gmail tiene un diseño vanguardista (Web 2.0) y el mejor filtro anti spam? ¡Hotmail tiene mejores gráficos!, se trata de el 15% de conocedores que prefieren diseño rápido y filtro anti spam contra el 85% de usuarios que vienen después de la escuela para hacer tareas, chatear y reenviar mails.
Para mantener con vida y éxito un negocio público se necesita darle a la gente lo que espere y AHORA la gente prefiere mejores gráficos, el SPAM se puede tolerar, basta con marcar la casilla y darle a "Borrar"; cuando la Web 2.0, el Software Libre y Linux avancen y los P2P se vean con buena cara, comenzará una nueva era y Microsoft cambiará el funcionamiento de Live y seguirá en el negocio. Todo esto si sabe mantenerlo a flote hasta entonces ya que va decayendo, no en picada, sino lentamente.
Esto ocasiona dos cosas al mismo tiempo: dinero para Microsoft y fanatismo religioso, la diferencia está en saber mantener el control.
